Hait� en la sociedad de la informaci�n: mecanismos y condiciones de la apropiaci�n tecnol�gica

 

Gotson Pierre

Julio de 2003

 

En Hait�, el concepto de sociedad de la informaci�n forma ya parte del discurso p�blico. Esto es consecuencia directa de la perspectiva de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Informaci�n a celebrarse en Ginebra, en diciembre de 2003, y en T�nez, en 2005.

 

Mal que bien, los medios se hacen eco de los acontecimientos que acompa�an el proceso de preparaci�n de estas conferencias cumbre y se refieren a veces a reflexiones, resultado de reuniones en Hait� y en el extranjero. En alg�n caso, se interrogan tambi�n sobre la actitud de la autoridades del pa�s, que parecen totalmente inactivas con respecto a la preparaci�n de estas conferencias cumbre.

 

Este t�mido abordaje por parte de algunos medios del tema de la sociedad de la informaci�n, es, en gran medida, fruto de un trabajo de concientizaci�n realizado por algunos grupos o instituciones del sector de la comunicaci�n o de las NTIC (nuevas tecnolog�as� la comunicaci�n y de la informaci�n).

 

En acontecimientos espec�ficos tales como la Fiesta de Internet, en abril de 2002 y de 2003, organizada� por el grupo M�dialternatif con la participaci�n del R�seau T�l�matique Ha�tien pour la Recherche et le D�veloppement (REHRED, red telem�tica haitiana para la investigaci�n y el desarrollo), ferias tecnol�gicas, organizadas desde hace varios a�os por el grupo Croissance, jornadas de reflexi�n, como las que organizan el R�seau de D�veloppement Durable d'Ha�ti (RDDH, red de desarrollo durable de Hait�), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Agencia Universitaria de la Francofon�a y la Oficina Haitiana de los Derechos de Autor y las � e-journ�es �, organizadas en la primavera de 2003 por el organismo Arobase, entre otros, hubo referencias a los desaf�os que implica la sociedad de la informaci�n.

 

Lamentablemente, esos esfuerzos han estado lejos conseguir que se establezca un verdadero debate p�blico sobre las ventajas y las obligaciones de la sociedad de la informaci�n. Menos a�n podr�a hablarse del desarrollo de una visi�n haitiana y compartida de la cuesti�n, que tenga en cuenta las especificidades socioecon�micas, sociopol�ticas y culturales del pa�s. Se est� lejos de una apropiaci�n del concepto.

 

Esta discusi�n no ha tenido tampoco lugar todav�a en el seno de los movimientos sociales y espacios de lucha. Actores de estos movimientos tanto como organismos que participan en ellos usan, con mayor o menor eficacia, las NTIC para informarse o para ponerse en contacto con los procesos mundiales de concientizaci�n o movilizaci�n acerca de temas de inter�s p�blico o sectorial. La Plate-forme Ha�tienne de Plaidoyer pour un D�veloppement Alternatif (PAPDA, plataforma haitiana en favor de un desarrollo alternativo), por ejemplo, reconoce el valor estrat�gico de las NTIC.

 

Pero en general, el uso de las NTIC no va m�s all� de lo pr�ctico, sin considerar a estas tecnolog�as como una puerta de entrada en la sociedad de la informaci�n, como un terreno de lucha para la promoci�n de determinados valores y reivindicaciones en sentido estrat�gico, tal como se ha mostrado en "Movimientos Sociales en la Red ",[1] es decir, buscando el desarrollo de capacidades individuales y organizativas para la circulaci�n de ideas, para establecer v�nculos y alianzas, para negociar, resistir, etc.

De los canales de comunicaci�n tradicionales a las NTIC

 

Sin embargo, si se observa lo sucedido en los �ltimos treinta a�os, puede verse que la problem�tica de la comunicaci�n y la informaci�n ha sido un asunto crucial en la sociedad haitiana, muy poco alfabetizada y en la que es dominante una cultura oral. En este contexto, la radio adquiri� una importancia capital en las �ltimas d�cadas. M�s de 150 emisoras de radio se cuentan hoy en el pa�s, entre las cuales redes de radios comunitarias.

 

Los haitianos han desarrollado una cultura de la escucha radiof�nica.[2] La radio sigue siendo el medio que alcanza a la mayor cantidad de p�blico, no s�lo por el analfabetismo, sino tambi�n debido al d�bil desarrollo de las infraestructuras el�ctricas y de telecomunicaciones,[3] la estructura geogr�fica accidentada y el aislamiento de las poblaciones locales.

 

Pese a las dificultades energ�ticas, la televisi�n adquiere cada vez m�s importancia en las ciudades y compite con la radio en este sentido, sobre todo por la noche. Veinticinco emisoras funcionan o tienen� autorizaci�n para funcionar en el pa�s.

 

La prensa escrita tiene un desarrollo bastante pobre, debido al alto porcentaje de analfabetismo y a las precariedades econ�micas. El diario estatal, L�Union y un diario privado, Le Nouvelliste, se editan regularmente en la capital; pero en las �ltimas d�cadas muchas publicaciones cotidianas o semanales desaparecieron.

 

Tres agencias de prensa (Agence Ha�tienne de Presse, Ha�ti Press Network y AlterPresse) funcionan ininterrumpidamente en el pa�s desde hace algunos a�os, alimentan la radio, la televisi�n y los diarios y son beneficiarias de la difusi�n en l�nea.

 

En general, quiz�s por efecto de la moda, se observa una tendencia creciente de los medios haitianos a desarrollar contenidos en l�nea, tanto en el caso de la radio, como de la televisi�n y los diarios. Algunas radios, como Radio Vision 2000 y Radio Solidarit�, emiten en directo en Internet. Otras, como Radio M�tropole y Signal FM tienen sitios web de informaci�n, y otras a�n tienen p�ginas web como sitios vitrina.[4]

 

Los sitios web de televisi�n son mucho menos frecuentes. Intentos de mantener un espacio Internet regularmente alimentado por la Televisi�n Nacional fracasaron. De nuestros dos diarios, el estatal diversifica su presencia mediante Internet y dos semanarios haitianos editados en la di�spora (Ha�ti-Progr�s y Ha�ti en Marche) prolongan sus ediciones mediante sitios web.[5]����

 

Sin embargo, no parece que en la mayor�a de los casos la pol�tica de comunicaci�n tome en cuenta todas las dimensiones del fen�meno de la sociedad de la informaci�n. "El equipamiento  inform�tico de la gran mayor�a de las emisoras radiof�nicas es pobre. Es infrecuente que el personal disponga de ordenadores. En general el acceso a Internet es depende de la iniciativa personal de periodistas y animadores ." [6]

 

Pero de todos modos, de una u otra manera se hace cada vez m�s referencia a Internet como fuente de noticias, tanto nacionales como extranjeras. Muchas cr�nicas se basan espec�ficamente en contenidos de Internet o se refieren a multimedia. A veces, programas enteros son consagrados a esta problem�tica.

M�s all� de la cuesti�n del acceso

 

Adem�s de los medios, pese al bajo nivel de disponibilidad de los recursos en Hait�, Internet va desempe�ando un papel cada vez m�s significativo en la vida de mucha gente. M�s de una persona se pregunta hoy c�mo har�a sin Internet.

 

Fue a comienzos de los a�os 1990 que los haitianos descubrieron la comunicaci�n por computador, y el correo electr�nico se impuso durante los tres a�os del sangriento golpe de estado militar de septiembre de 1991. En 1993, nac�a el REHRED. Y en 1996, las primeras posibilidades de acceso a la navegaci�n.[7]

 

Una docena de proveedores privados (ISP) ofrecen hoy acceder a Internet, a partir de conexi�n dial-up y por ondas hertzianas. Seg�n una encuesta del RDDH en 2002, se cuentan 7000 clientes Internet en el pa�s. Estos clientes pueden ser instituciones, familias o personas f�sicas, con un porcentaje de 23% de clientela acad�mica, 23% de clientela industrial, 23% de clientela dom�stica, 19% comercial de cibercaf� y 13% comercial� de peque�os ISP. [8]

 

La mayor�a de los internautas (sobre todo profesionales, personal ejecutivo de la administraci�n p�blica, el sector privado, las instituciones no gubernamentales, los organismos internacionales, estudiantes, escolares, docentes y periodistas) residen en Puerto Pr�ncipe, pero las ciudades de provincia empiezan a obtener espacios de acceso.

 

El fen�meno m�s importante de los �ltimos a�os, al respecto, es la creaci�n continua de cibercaf�s con acceso a Internet para quienes no pueden pagar computador y conexi�n. Casi un 85% de los cibercaf�s est�n en el �rea metropolitana.[9]

 

Tanto en el caso del acceso dom�stico, institucional o v�a centros de acceso, se observa que necesidades como la investigaci�n y el intercambio de mensajes electr�nicos o de archivos son satisfechas. Pero la aplicaci�n de mayor repercusi�n es la telefon�a. "La telefon�a es el primer servicio dentro de los m�s utilizados en el cibercaf�, con un 62,6%, pese a un costo 6 veces mayor",[10] se�ala el estudio del RDDH.

 

Un periodista se preguntaba recientemente si estos usuarios pod�an ser considerados internautas. De manera m�s general, debe plantearse la cuesti�n de saber cu�l es la actitud del usuario haitiano de las NTIC, en qu� medida se siente conscientemente integrado a la sociedad de la informaci�n y qu� distancia cr�tica podr�a tomar con respecto a los procesos actualmente en curso. No es posible responder en este momento a estos interrogantes, ya que ninguna encuesta o estudio se ha organizado al respecto.

 

Lo que es cierto, es que existe una gran necesidad de educaci�n con respecto al abordaje cr�tico de los procesos de comunicaci�n, tanto en los medios socioprofesionales como en el p�blico en general.

 

Seg�n lo que se puede observar, el elemento central que falta en Hait�, a la hora de la sociedad de la informaci�n, es un esp�ritu activo en relaci�n con las NTIC. Falta que llevar�a a los haitianos usar en general los nuevos medios como lo hac�an con sus antecesores: en posici�n de simples receptores.

Radio y NTIC, una f�rmula para la apropiaci�n tecnol�gica

 

Un sector en que la experiencia en Hait� ha mostrado que la gente pod�a pasar de una posici�n pasiva a una actitud activa es el de la radio comunitaria.

 

Hace 9 a�os que un movimiento relativamente importante de radio comunitaria vio la luz en Hait�, en el momento en que ten�a lugar el retorno a la legitimidad constitucional, tras el golpe de estado militar de septiembre de 1991. Era una �poca de apertura y de reapropiaci�n de la palabra p�blica, que favoreci� la emergencia de muchas emisoras de radio comunitarias.

 

M�s de cuarenta en la actualidad, estas emisoras son a menudo propiedad de colectivos de organizaciones democr�ticas y populares. Funcionan en las ciudades, poblados y aldeas favoreciendo, en muchos casos, la participaci�n de la poblaci�n local en el debate p�blico y, a veces, en la gesti�n material y financiera de las emisoras, que se transforman as� en verdaderos logros propios para las comunidades.

 

Pero no se puede tampoco negar que, lamentablemente, varias de estas experiencias, confrontadas a los desaf�os de las coyunturas pol�ticas tanto como a problemas econ�micos y de organizaci�n, fracasaron, produciendo efectos opuestos a los deseados.

 

Sin embargo, partiendo de la potencialidad que mostraron algunos de estos proyectos, se pudo lanzar la idea de promover la combinaci�n de medios y dispositivos inform�ticos y radiof�nicos para posibilitar a sectores marginalizados el acceso a las NTIC. [11]

 

Las radios, equipadas con recursos telem�ticos, desempe�ar�an as�, de alguna manera, papeles como los que asumen los telecentros. Pero incluso mejor que �stos, sus medios de difusi�n les permitir�an alcanzar vastas poblaciones, ofreciendo servicios pr�cticos, por ejemplo de mensajer�a, y sirviendo de canales para un esfuerzo de educaci�n con respecto a los desaf�os de la comunicaci�n.

 

Esta idea no es compartida por todos los actores del sector de las NTIC en Hait�. Algunos piensan que, en una perspectiva de alfabetizaci�n num�rica, es absolutamente necesario poner a la poblaci�n en situaci�n de poder usar directamente la tecnolog�a y que, de uno u otro modo, la gente debe saber que en un futuro Internet va a formar parte de su vida.[12]

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Por su parte, el profesor Harry Regis, responsable del Departamento Comunicaci�n de la Facultad de Ciencias Humanas, considera, en cambio, que se ganar�a mucho si se propulsara un proceso de integraci�n de radio y Internet, que favorecer�a un mejor nivel de informaci�n de las poblaciones locales, dada la accesibilidad de la radio.[13] Quedar�a por organizar el proceso de alimentaci�n de Internet, y de la red global, por parte de las poblaciones locales.

Obst�culos a vencer

 

El profesor Regis ve dos obst�culos que se interponen al desarrollo de las NTIC en Hait�: el modo de introducci�n de estas tecnolog�as y la estructura de la sociedad haitiana. Que el desarrollo de Internet en Hait� corresponda a iniciativas casi exclusivamente comerciales, aleja, por una parte, de hecho a los sectores marginalizados, que piensan de antemano que no podr�an tener acceso. Por otra parte, la orientaci�n elitista de la educaci�n y de la sociedad en general fortalece la idea de que la tecnolog�a es algo reservado a quienes tienen cierto nivel de educaci�n.

 

Justamente estas razones hacen necesaria una desmistificaci�n de la tecnolog�a. El profesor Regis piensa en este sentido que el sistema socioeducativo haitiano es uno de los mayores obst�culos que impiden que la mayor�a de la poblaci�n se apropie de la tecnolog�a.

 

Por otra parte, ciertos sectores acad�micos del pa�s piensan que es esencial que el discurso sobre la problem�tica de la comunicaci�n deje de limitarse solamente a las preocupaciones period�sticas. Es cierto que la situaci�n actual de los medios, sujetos a una presi�n incesante del sector pol�tico, es muy precaria, con ataques sistem�ticos contra� periodistas y empresas de prensa.[14] Pero al plantear el problema de la comunicaci�n no debe soslayarse la cuesti�n de la propagaci�n de las ideas y experiencias, y del acceso al saber para un desarrollo democr�tico, socioecon�mico y cultural.

 

En el contexto actual, el marco pol�tico plantea problemas, en la medida en que no se ha definido ninguna pol�tica consecuente, dejando las cosas libradas a un laisser-faire. �Qu� responsabilidad cabe en tales circunstancias a un estado que se despreocupa del bien com�n y s�lo se interesa en conservar el poder?

 

Pues en definitiva, como se�ala el profesor Raymond No�l, de la Facultad de Ciencias,[15] en la perspectiva de una sociedad de la informaci�n basada en la capacidad de los haitianos para comunicar, no se puede pasar por alto la transformaci�n de las estructuras que favorecen la ignorancia y la exclusi�n.



[1] Osvaldo Le�n, Sally Burch, Eduardo Tamayo, Movimientos Sociales en la Red , ALAI (Agencia Latinoamericana de Informaci�n), Ecuador, septiembre de 2001.

 

[2] Cf. Gotson Pierre, NTIC, M�dias et D�fense des Droits Humains en Ha�ti , http://www.pancaribbean.com/wacaribe/ntic.htm, octubre de 2001.

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[3] Las estad�sticas oficiales evaluaban en 2000 en 32% la cantidad de casas de familia que reciben electricidad, en particular en la capital, Puerto Pr�ncipe. La producci�n total de electricidad tiende a disminuir y era en 2001 de 440 MWh.� En 2002, la cantidad de l�neas telef�nicas fijas y celulares era de unas 300.000, es decir, de unas 34 l�neas telef�nicas cada 1000 habitantes.

 

[4] Cf. Gotson Pierre, Internet, Radio, Communication Globale et Populations Marginalis�es en Ha�ti, www.comunica.org/tampa/docs/gotson1.doc, septiembre de 2000.

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[5] Adem�s del contenido informativo, el Internet haitiano ofrece un alto porcentaje de sitios culturales y de foros de discusi�n. Los foros son creados a menudo por comunidades haitianas en el extranjero y los participante provienen, en su mayor�a, de la di�spora. Han se�alado observadores que cada vez m�s organizaciones no gubernamentales, instituciones comerciales e instituciones p�blicas integran Internet dentro de sus actividades de comunicaci�n.

 

[6] Cf. Gotson Pierre, Internet, Radio, Communication Globale�

 

[7] Cf. Ives Marie Chanel & Ronald Colbert, Ha�ti � technologie : l'Internet face � l'archa�sme des Structures, http://www.panosinst.org/Haiti/h10-99f.shtml, octubre� de 1999 (informe preparado por el organismo internacional Panos).

 

[8] RDDH/GSIS, "Enqu�te sur l�interconnexion des fournisseurs d�acc�s Internet, septembre-octobre 2002", citado en RDDH/PNUD, Plan d�Action pour le D�veloppement des Technologies de l�Information en Ha�ti , diciembre de 2002.

 

[9] Ib�dem.

 

[10] Debe se�alarse que aproximadamente 1/8 de la poblaci�n haitiana vive en el extranjero. De algo m�s de 8 millones de haitianos, m�s de un mill�n residir�an fuera del pa�s. Mantener la comunicaci�n entre los parientes expatriados y los residentes en el pa�s� ser�a el motivo principal del entusiasmo por la telefon�a. Por Internet, que permite una reducci�n considerable del costo.

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[11] Cf. Gotson Pierre, Internet, Radio, Communication Globale�

 

[12] Opini�n expresada en la Fiesta de Internet de abril de 2002 .

 

[13] Idem.

 

[14] Entre el 17 de diciembre de 2001 y mediados de febrero de 2003, unos treinta periodista debieron huir del pa�s por causa de amenazas, seg�n datos de la Association des Journalistes Ha�tiens (AJH).

 

[15] Jean-Marie Raymond No�l [Director Nacional del Proyecto de Acompa�amiento de Hait� en la Sociedad de la Informaci�n (AHSI)-PNUD], Aider tous les peuples du monde � communiquer : Sommes-nous pr�ts en Ha�ti?, http://www.medialternatif.org/alterpresse/article.php3?id_article=503, mayo de 2003.

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