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La soledad de los indios
Autor:
Sebastian Lara y Guillermo Delgado
Fecha de Publicaci�n:
12/03/1999
Contenido
Palabras claves:
Localizaci�n:
Ciberoteca > Archivos > esp_doc_22.html
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Quisimos titular este texto "La soledad de los indios", para expresar el impacto del virtual abandono, por parte de la Comisi�n de Derechos Humanos de la Organizaci�n de las Naciones Unidas (ONU), del Proyecto de Declaraci�n de los Derechos Ind�genas elaborado por la subcomisi�n y el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Ind�genas en Ginebra, Suiza. Un aire hostil podr�a volver a soplar contra las enmiendas que la historia debe a los pueblos indios del mundo.

Se quiso crear, en estos �ltimos doce a�os, una oportunidad especial para rescatar y escuchar la voz de los sobrevivientes y herederos de la colonizaci�n. Escribimos este concepto en cursiva para subrayar el acto que Col�n come t�a en relaci�n a las naciones ind�genas del continente: No es una coincidencia que su nombre tambi�n sea verbo: yo col�n-izo, te col�n-izan, nos col�n-izan.

Antes, un poco de historia. Como culminaci�n de los eventos conmemorativos quincentenarios, la comisi�n del Premio Nobel de la Paz decidi� concederlo a una ind�gena maya. Este gesto de profunda humanidad -se pens�- , por lo menos restablecer� la memoria de la naciones originarias.

Paralelamente, otra comisi�n se re�ne m�s silenciosamente en el Palais des Nations de Ginebra, Suiza desde al menos 1982: el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Ind�genas, que produjo, bajo la coordinaci�n del antrop&oacu te;logo cubano Miguel Alfonso Martines Cobo, un documento que poco a poco comenzaba a ser del conocimiento del grueso de las naciones originarias y no s�lo de sus representantes: el Proyecto de Declaraci�n de los Derechos de los Pueblos Ind& iacute;genas. Trabajado a manera de una operaci�n del coraz�n, este documento fue resultado de un estira y afloja entre Estados-gobiernos y representaciones ind�genas que cada a�o llegan a Ginebra.

La manzana de la discordia tiene que ver con el concepto de asimilaci�n de tales naciones originarias a los principios de ciudadanizaci�n de los Estados. Tal grado de interrelaci�n entre Estados-gobiernos y naciones originarias siempr e fue tenso cuando no violento. A trav�s del concepto de asimilaci�n (que en el fondo es un proceso sistem�tico de negaci�n de la diferencia), los Estados enfrenta(ro)n una continuada disrupci�n de su imagen inventada de naci�n una historia de marcadas diferencias debido a la irreductible presencia de culturas preexistentes. La constituci�n de nuevos Estados nacionales Latino Americanos a trav�s de las llamadas guerras de la independencia, fall&oacut e; en tratar de asimilar y en contemplar un verdadero proceso de ciudadanizaci�n de los pueblos ind�genas.

Entrado el siglo XX, y poco despu�s de constituida la Liga de las Naciones en 1920, precursora de la hoy Naciones Unidas, varias delegaciones ind�genas norteamericanas empezaron a empujar la inclusi�n en tal organismo. Les motivaba el sistem�tico desconocimiento de los Tratados Indios suscritos entre ellos y Estados Unidos. Esas demandas nunca solidificaron. Las guerras mundiales contribuyeron a echar tierra sobre esos acuerdos, y las naciones ind�genas quedaron aisladas y absorbidas al interior de los Estados. En los a�os sesenta, la presencia de los representantes ind�genas en Ginebra volvi� a demandar su leg�tima presencia a nivel de las Naciones Unidas. Pintadas dos figuras maniqueas excluyentes sobre el tel�n de fondo de l a historia, una capitalista y otra comunista, las naciones originarias fueron obligadas a seguir a una u otra. El cisma del espectro mundial no aceptaba otra conceptualizaci�n sino de la guerra fr�a, de Este y Oeste. En los a�os seten ta, el t�rmino etnicidad entr�, poco a poco, a rayar la inc�lume imagen de los Estados monol�ticos organizados en r�gidos tri�ngulos sociales, subdivididos en clases medias altas y bajas.

Pues bien, el t�rmino etnicidad tiene que ver con la historia de la reconstrucci�n de la identidad que se hab�a pensado borrada o asimilada al nacionalismo estatal-popular. Tambi�n tiene que ver con el colapso del verbo "coloni zar". Varios pa�ses del Tercer Mundo (�frica, en particular) llevaron a su fin la expulsi�n de los �ltimos white masters; los resabios m�s vergonzosos del poder pol�tico asociado al color (blanco) de la piel, con la pigmentocracia.

En Am�rica Latina, el concepto de racismo, aunque hist�ricamente negado es de reciente entendimiento y uso. La angustia racial de Am�rica Latina es muy parecida a la multipolar tensi�n que se experimenta en los Estados Unidos o Europa, con la diferencia de que en Am�rica Latina se la niega rotundamente, y en cambio se habla de mestizaje (en pa�ses de habla castellana) y democracia racial (Brasil). Ambas como formas de la negaci�n de diferencias, ambas niega n o excluyen a las naciones ind�genas del continente, aunque pareciera promover la igualdad.

En los �ltimos doce a�os, tratando de rectificar aquellos errores de la historia, pasaron por las salas del Palais des Nations de Ginebra leg�timos y apuntados representantes ind�genas, todos miembros contribuyentes al Grupo de Trabajo. Muchos de estos l�deres tienen conocimiento de causa, otros fueron de turistas, los m�s de oyentes de problemas jur�dicos que jam�s hab�an imaginado. la misi�n del Grupo de Trabajo era documentar y evalu ar la situaci�n de discriminaci�n en que viven las naciones originarias del mundo, marginadas en raz�n de nuestra diferencia �tnica. el rubro comprende a aquellas naciones subordinadas como consecuencia del proceso de col&oacut e;n-izaci�n. Decimos "consecuencia" por que hay dos elementos imposibles de desechar en esta situaci�n: territorialidad e identidad.

La territorialidad permitir�a la reproducci�n de las culturas ind�genas cuyo derecho inmemorial a la tierra que ocupa(ron)n es innegable. De ah� que se debe considerar la autodeterminaci�n como principio b�sico de todas la declaraciones que nos afecten como naciones ind�genas.

Identidad por que las diferencias ling��sticas y �tnicas deber�n elevarse a la perfecci�n al ser reconocidas por los Estados-gobierno, antes de ser vista como obst�culos a la asimilaci�n o como taras del subd esarrollo -seg�n opini�n de los errados te�ricos de la modernizaci�n.

Desde 1988 hasta 1996 cada a�o m�s delegaciones ind�genas llegan a Ginebra y analizan las condiciones que experimentan como tales al interior de los Estados-gobierno. Sus exposiciones permitieron la redacci�n del texto borrador conocido simplemente como Proyecto de Declaraci�n que en esp�ritu quiso reproducir el alma de la Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos. La nueva Declaraci�n enteramente dedicada a los pueblos ind�genas y nacione s ind�genas considera el concepto del derecho humano como un derecho colectivo y no solamente como un derecho individual. Pues es cierto que, bajo circunstancias de violaci�n, el concepto de etnocidio por ejemplo, estar�a reducido a l os hechos individualizados, y no a un da�o perpetrado contra toda una colectividad humana autodefinida por su etnicidad.

El 3 de marzo de 1995, la Comisi�n de Derechos Humanos compuesta por Estados-gobiernos miembros adopt� la resoluci�n L.62 que establece un nuevo grupo de trabajo abierto de esta Comisi�n, para un nuevo proceso de redacci� ;n, se dice tomar� otros doce a�os y su aprobaci�n se postergara as� otra d�cada m�s. Los grandes progresos demostrados en la interrelaci�n entre algunos gobiernos sus organismos y ONG Europeas con los pueblos ind�genas, ha hecho que exista mayor reconocimiento a nuestros derechos inalienables. Se est�n organizando ver daderas redes de trabajo para el beneficio del ind�gena y son muestra efectiva de que nuestro derecho a ser diferentes y preservar nuestra ecolog�a, lenguas y religiones es viable. El Taller Internacional para Periodistas Ind�genas re alizado con el apoyo de la Agencia EFE, y el Encuentro de ind�genas Visiones Abya Yala realizado en Copenhague Capital Cultural europea del 96, y la puesta en marcha del Centro Internacional de Informaci�n y Documentaci�n de los Puebl os Ind�genas en Vitoria-Gasteiz, la propuesta de un foro permanente en el seno de la ONU, y la estrateg�a Danesa para trabajar con los Pueblos Ind�genas son una muestra.

Nos parece que la comunidad internacional est� abierta a restituir los derechos negados a los pueblos ind�genas. Un ejemplo concreto de esta conciencia son los aspectos positivos del Convenio 169 de la Organizaci�n Internacional del T rabajo (OIT). Empero los gobiernos Firmantes de este acuerdo no han alcanzado la docena. Pensamos a pesar de ello, que la historias est� del lado de las naciones ind�genas.

La violencia ejercida contra la dirigencia, hombres y mujeres, de los pueblos, naciones y organizaciones ind�genas, dif�cilmente podr�an esperar otros doce a�os de reuniones y debates para promover la tan deseada justicia.

Guillermo Delgado-P. South and Meso American Indian Information Center.
Sebastian Lara: Centro Internacional de Informaci�n y Documentaci�n de los Pueblos Ind�genas.



Al traducir estas propuestas a los ejes tematicos mencionado en el texto base de esta discusion diria que, en cualquiera de los sectores economico, social, o politico de la region se tendria que la telem�tica pudiera entonces ser orientada a contribuir a:

  • Aprender a insertarse en las tendencias internacionales.
  • Transformaci�n de la base operativa.
  • Transformaci�n del aparato de toma de decisiones
  • Creaci�n de sistemas de innovaci�n sociotecnica
  • Transformar la cultura consumista (seleccionar alternativas tecnologicas)
  • Transformar la cultura individualista.(aprenedr a actuar en colaboracion, cooperacion)


Ya que estos son factores que afectan casi cualquier actividad de la region incrementando costos, haciendo inutiles las inversiones de escasos recursos, asi como tambien el funcionamiento gerencial de las instituciones encargadas de mejorar el sector educacion, salud, produccion, .......

Claro que esto continua inscribiendose en los limites de esa idea de la region de combinar metas de crecimiento economico, con sustentabilidad, ambiente, participacion ciudadana, equidad de riquezas,....de la Cepal..

Al leer las propuestas de Maria Saez, Cesar Ramos, la experiencia de la Fundacion acceso de Costa Rica, por nombrar solo las que mas recuerdo ahora, veo que de alguna manera se inscriben en esta vision normativa y agregan valor en cuanto a la posibilidad de establecer crirterios de evaluacion que nos ean comunes para comparar �si los procesos que estan aconteciendo son POSITIVO O NO? ...

Estas metodologias son ejemplos de c�mo en cada eje tematico habria que Monitorear y tener Metodologias que contribuyan a revisar la gestion de los procesos en los que si se esta incorporando la tecnologia como plataforma como un medio para lograr ciertos objetivos organizacionales y del sector, o los sectores que participan en cada eje tematico.

Por ultimo quisiera poner para la discusi�n un jercicio acerca de una vision integral, que tenga como horizonte, el que las Tics contribuya al fortalecimiento de las economias de nuestra region pudiera plantearse algo como:

Transformaci�n de la base operativa, productiva:

En los diagn�sticos la Cepal se propone que la posibilidad de incrementar el crecimiento econ�mico de las naciones de la regi�n; ello incluye desaf�os que apuntan a la transformaci�n de la bases productivas con pol�ticas industriales, tecnol�gicas, cient�ficas, educativas, comerciales, dirigidas hacia los incrementos de la competitividad en el sentido econ�mico y sociocultural anteriormente descrito.

Si agrupamos las propuestas de especialistas en Desarrollo (cepal) y en Telematizaci�n (varios grupos regionales), la telematizaci�n de la base productiva se pudiera orientar hacia:


  • Lograr el crecimiento econ�mico en un contexto de econom�a abierta con cambios en el aparato productivo -p�blico o privado-; y planes de mediano plazo, para la inversi�n, desarrollo tecnol�gico, formaci�n de recursos humanos y organizaci�n del comercio externo. Esto implica definir la apertura exterior desde la �ptica de mejoramiento de las capacidades de la base productiva interna.
  • Fomentar sectores vinculados con la tecnolog�a, la inform�tica, la banca y la comercializaci�n importantes, no solo por su propia contribuci�n directa al desarrollo general sino porque tambi�n de ellos depende el logro de una eficiencia adecuada en sectores productores de bienes. (Gonzales. 1988)
  • Fomentar factores decisivos en la actualidad como el componente tecnol�gico, de informaci�n y conocimiento, de nuevos servicios los cuales constituyen un aspecto crucial en las estrategias de competitividad en la econom�a global; la investigaci�n cient�fica y tecnol�gica ligada a la producci�n, la formaci�n y actualizaci�n sistem�tica de los recursos humanos, las t�cnicas de gesti�n compatibles con la econom�a mundial, y formas p�blicas y privadas que estimulen la innovaci�n, la flexibilidad y la creatividad.
  • Fomentar las ventajas competitivas que se apoyan en conocimiento, valor agregado, cambio t�cnico e innovaci�n. Estableciendo redes de vinculaciones que incluye a proveedores de bienes y servicios, el sistema financiero, el sistema educacional, el tecnol�gico, energ�tico, de transporte y telecomunicaciones as� como las relaciones con el sector p�blico y al interior de las empresas. Se deben buscar alianzas estrat�gicas de largo plazo entre estos sectores.
  • Mantener la estabilidad de los incentivos y reducir costos de b�squeda de informaci�n fluida y transparente de los mercados es otra manera de apoyar la competitividad; teniendo presente servicios vinculados a la producci�n como mantenimiento, reparaci�n, servicios de consultora industrial tecnol�gica ingenier�a de dise�o y de proceso. Lo importante a partir de ahora no es la selecci�n de que �rea econ�mica es la m�s importante de acuerdo a ventajas comparativas sino el grado de conocimiento y tecnolog�a que se incorpore con la promoci�n de bienes y servicios en tornos a los productos de exportaci�n.
  • Fomentar la gestaci�n de centros de productividad de car�cter tripartito es decir con la participaci�n del gobierno, universidades, centros tecnol�gicos, organizaciones empresariales y de trabajadores. Es decir estimulando las relaciones entre agentes econ�micos en un contexto abierto. La exportaci�n tambi�n depende de una red: proveedores, producci�n, transporte, importaci�n, distribuci�n, comercializaci�n, financiamiento al importador y al cliente, servicios legales y financieros. Hay que promover alianzas estrat�gicas entre los eslabones productivos de servicios y de comercializaci�n. La estrategia hacia la peque�a y mediana empresa deber� estar en fomentar sus capacidades como subcontratistas o exportadores directos. Todo ello repercutir�a en la creaci�n de empleo productivo y crecimiento econ�mico.

Los proyectos de telematizaci�n que pueden contribuir en este sentido son variados desde una perspectiva tecnol�gica a la perspectiva social ya que pudieran ir desde:


  • Fortalecer la estandarizaci�n de redes telem�ticas y organizacionales entre los diferentes agentes que act�an sectorialmente.
  • Fortalecer el uso de las redes electr�nicas entre los diferentes agentes que participan en la base productiva: gobierno, universidades, centros tecnol�gicos, organizaciones empresariales y de trabajadores. Y, proveedores, producci�n, transporte, importaci�n, distribuci�n, comercializaci�n, financiamiento al importador y al cliente, servicios legales y financieros.
  • Establecer convenios de bases de informaci�n electr�nicas compartidas en un sector local regional e internacional.
  • Establecer convenios de entrenamiento a trav�s de aplicaciones telem�ticas de los recursos humanos en estas tecnolog�as especificas requeridas para ser aplicadas de manera innovadora a un sector particular entre empresas locales, regionales, y transnacionales
  • Desarrollar tecnolog�as de valor agregado especificas en el sector de las tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n para requeridas para fomentar la competitividad de un determinado sector productivo o de servicios.
  • Estudiar los requerimientos espec�ficos de informaci�n de cada sector en cada una de las fases descritas por los especialistas de producci�n y comercializaci�n.
  • Estudiar los factores sociales que intervienen en la aceptaci�n o rechazo de los usuarios de estas tecnolog�as para la toma de decisiones operativas o administrativas en cada sector productivo. Para desarrollar metodolog�a de incorporaci�n.


Nota:Todos estos items estan extraidos de especialistas que en el documento definitivo se citaran.

Si partimos de la creencia que hay posibilidades de orientar los procesos tecnicos, telematicos, si creemos todavia que tenemos alguna posibilidad de control de la tecnologia, que hay procesos que escapan a nuestro control como ilumino Lagnon Winner en tecnologia autonoma. La tecnica incontrolada como objeto del pensamiento politico. MIT 1977. O Gustavo Gili 1979; pero que hay muchos otros que la flexibilidad de las Tics y su incorporacion en la sociedad nos ofrecen como oportunidades para la accion; entonces, otra de las grandes tareas en estos ejes tematicos es ademas de resolver que hacer?,y porque hacerlo , el trabajar y encarar lo mas interesante hoy: �como hacerlo?

Seguimos comunicandonos respecto a la evaluacion de los impactos de las Tics en cada uno de los sectores.....


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Última modificación: 23/09/1999