PAGINA PRINCIPAL | ENGLISH - FRANÇAIS | BUSQUEDA | CONTACTO: <[email protected]> |
---|
¿HAY LUGAR EN LA INTERNET |
Una versión preliminar y mas extensa de este texto ha sido presentada en la Conferencia INFO-ETICA organizada por parte de la Unesco en Mónaco, los días 1 al 3 de octubre de 1998.
Este trabajo hace referencia a un estudio que intenta medir la presencia de las lenguas y las culturas latinas, realizado conjuntamente por la Agence de la Francophonie (http://francophonie.org) la Unión Latina, (http://www.unilat.org) y Funredes. Actualmente se puede consultar este estudio enhttp://funredes.org/LC. Cuando quede terminada su compaginación, se podrá consultar en el sitio web de la Agence de la Francophonie, en francés, en el sitio de la Unión Latina, en las demás lenguas latinas, y en el sitio de Funredes, en inglés. La Agence de la Francophonie y la Unión Latina no comparten necesariamente las opiniones manifestadas en este artículo. |
Cuadro 1: las cifras (en millones) toman en cuenta las poblaciones que residen en países cuya lengua oficial o de enseñanza es la lengua considerada y que poseen capacidades reales para comunicarse en dicha lengua, y las poblaciones de lengua materna residentes en países cuya lengua oficial o de enseñanza no es la lengua considerada
Inglés | Español | Portugués | Francés | Italiano | Rumano | Población mundial |
630 | 375 | 190 | 130 | 60 | 30 | 6.000 |
10,50% | 6,25% | 3,17% | 2,17% | 1% | 0,5% | 100% |
Pensemos durante unos instantes qué lugar ocuparán las lenguas y las culturas que no sean la estadounidense en el nuevo panorama que están perfilando las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (NTIC).
¿Cuál será la situación de las lenguas latinas que han logrado alcanzar cierto grado de difusión fuera de sus espacios geográficos originales? ¿Qué ocurrirá con las culturas en que se asientan las lenguas latinas y que han mantenido hasta ahora una influencia histórica considerable en algunos sectores de la actividad humana como las artes, las letras o la ciencia? ¿Quedará siquiera un espacio o habrá que aceptar que las cartas ya están echadas y que solamente nos queda reconocer que hemos perdido? Y por fin, ¿qué sucederá dentro de una década o dos, cuando los cambios provocados por la globalización económica hayan afectado todos los rincones del planeta?
El sector de las NTIC es no sólo uno de los elementos más importantes de la transformación de nuestras sociedades sino también un microcosmos en el que ya se observan los efectos de la globalización. Para ello es apropiado examinar la presencia de las lenguas y las culturas latinas en la Internet.
Si hacemos caso a los medios de comunicación tradicionales, parecería que la historia de Internet fuese exclusivamente estadounidense, puesto que se trata de una tecnología que nació en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América.
Esta es una visión parcial de la realidad, que no ha de considerarse como una certitud sencillamente porque la gran mayoría de medios de todos los países así lo afirma. Es de hecho una aproximación engañosa centrada en lo tecnólogico que deja entonces de lado las comunidades de usuarios del mundo entero que se apoderaron de las NTIC para ponerla al servicio de su voluntad de comunicar e informar.
Es cierto que Internet es el nombre de un protocolo de comunicación (TCP-IP) que ha sido desarrollado en los Estados Unidos (mientras otros países como Francia o Inglaterra probaban otros protocolos y antes que la norma OSI fracasaba a imponerse). No obstante, la Internet es también el conjunto de redes interconectadas, independientemente del protocolo que utilizan y la historia de la Internet es planetaria. Nos encontramos frente a una confusión fácil y corriente entre la red, formada por servicios y por usuarios, y el protocolo de una red, o sea, el conjunto de reglas definidas para automatizar dichos servicios.
La historia de las redes fue escrita gracias a la cooperación de los aficionados quienes han contribuido con elementos mucho más determinantes que la naturaleza de tal o cual protocolo (todos los protocolos ofrecían funciones semejantes). Tomamos como ejemplo, la Carta de la red Bitnet que alaga la solidaridad, los sistemas de conferencias Listserv o Usenet que han sido el fermento de las comunidades virtuales y la emergencia de la etiqueta de las redes.
La cultura de las redes de investigación y desarrollo fue el fruto de la labor de hombres y mujeres de los cinco continentes, del Norte y del Sur, de lenguas y culturas distintas pero todos ellos comprometidos con la idea del respeto mutuo entre todas las lenguas y culturas.
En cuanto al protocolo TCP-IP, cabe señalar que presentaba serios límites porque no era capaz de mandar correos electrónicos con acentos y por tanto no era apto para el uso de lenguas con signos diacríticos. Este problema fue resuelto por fin a partir del momento en que se pudo mandar archivos multimedia. Por otra parte, hay que destacar las posibilidades de adaptación rápida de la arquitectura TCP-IP a necesidades variadas, pero esto resulta más de los procedimientos democráticos, cooperativos y transparentes propios de la Sociedad Internet que de una característica intrínseca del protocolo1. A nuestro juicio, esta facultad impresionante de Internet pertenece al ámbito de lo "sociológico", y por tanto internacional, y no al ámbito tecnológico, que asociamos a los Estados Unidos.
Resulta útil mencionar que los medios de comunicación tradicionales tienden a darle prioridad a las "historias oficiales". Estas adoptan una determinada visión de la realidad, la simplifican, y generalmente la muestran desde un ángulo que no es neutro. En el caso de las redes telemáticas, el ángulo de observación adoptado por los medios ha sido el de la tecnología, en perjuicio de la sociologia, una visión centrada en los Estados Unidos en perjuicio de una visión pluralista y descentralizada, que sin embargo es la esencia misma de la cultura de las redes.
Sea como sea, uno de los elementos clave de la historia de la Internet ha sido el nacimiento, en Europa, del protocolo HTML que sirve de base para la WWW2 y gracias al cual el acceso a la información en Internet se efectúa por medio de una estructura estándar, que es relativamente sencilla como para organizar y ofrecer un acceso mundial a la información.Qué ironía que la lucha por conquistar el mercado de los programas que sirven para visualizar la información en Internet sea despiadada entre dos empresas norteamericanas (Microsoft y Netscape), mientras que el inventor del estándar (el suizo Tim Berners Lee) fundó calladamente un organismo sin ánimo de lucro (el consorcio W3) para defender la integridad de éste contra los ataques de los conceptores de programas, que están dispuestos a adelantarse a cualquier evolución del estándar para sacar alguna ventaja de tipo estratégico.
Hemos entrado en una revolución que se puede comparar con la de la invención de la imprenta. El mundo ya no será como antes. Lamentarse por los efectos perniciosos de algo, sentir nostalgia por la pluma y el papel, por ejemplo, o rechazar, en este caso, la pantalla como medio de expresión son reacciones normales de los seres humanos frente a cambios vertiginosos que modifican su entorno. No obstante, pensar que la fuerza de la inteligencia crítica alcanzará para frenar o combatir desde afuera este movimiento que ya está en marcha es una ilusión y una estrategia errónea. Las páginas de la historia futura (o acaso sea mejor hablar de pantallas) aún no se han escrito (o acaso sea mejor hablar de mediatizadas). El encuentro apenas comienza y hay lugar para que todas las partes se manifiesten, mediante la acción.
La Internet y más generalmente las NTIC constituyen un terreno abierto lleno de riesgos y de oportunidades, especialmente para quienes creen en el pluralismo cultural y lingüístico. No es un terreno propicio para los ánimos contemplativos sino un campo de acción. Y el futuro inmediato del mundo en cuanto a los aspectos que aquí nos preocupan puede decidirse en el seno del nuevo mundo virtual e imponerse luego en el resto del mundo. Por este motivo todas las fuerzas en juego tienen que salir a conquistar ese campo de acción y a defender sus posiciones. A continuación describimos esquemáticamente las dos situaciones límites que se pueden presentan ante nuestros ojos (valga aclarar que se han extremado deliberadamente las aproximaciones para mostrar claramente los riesgos y las opciones que se plantean).
LA CENTRALIZACIÓN Y LA FALTA DE INTERACTIVIDAD:
|
En este panorama, el espacio de las lenguas y culturas minoritarias será cada vez más limitado y el diagnóstico a largo plazo dramático. El francés, el español o el portugués, tanto como el árabe o el chino, cuyos mercados son relativamente amplios, podrán resistir mejor que otras lenguas que no representan una masa crítica de consumidores como, por ejemplo, el danés o el húngaro. Sea como fuera, teniendo en cuenta la lógica de los mercados, el riesgo de que las lenguas minoritarias se vean obligadas a aceptar patrones dictados por otras lenguas y otras culturas es enorme.
Las industrias del cine y de la televisión nos dan una noción de lo que podría ocurrir con las industrias de la información. Acaso solo nos quede recurrir a la "excepción cultural" para diferenciarnos de mercados en que la naturaleza de los productos poco importa. La cultura y el mercado serían los protagonistas de una unión más bien desdichada, entre una mujer dominada y un hombre dominador.
LA DESCENTRALIZACIÓN Y LA INTERACTIVIDAD:
|
Hay quienes sin duda se pregunten por qué las NTIC serían distintas de lo que globalmente han sido la radio y la televisión, es decir, una tecnología de consumo como cualquier otra. Qué rasgos propios poseen las NTIC como para ofrecer cierto poder a las comunidades de usuarios o por qué lo que ha ocurrido con las tecnologías audiovisuales ¾el incumplimiento de las promesas originales de descentralización¾ no sería nuevamente lo que nos espera en este fin de siglo con las NTIC.
Contrariamente a lo que sucede con los medios actuales (prensa y televisión), las NTIC ofrecen posibilidades concretas de descentralización e interactividad, tanto en el plano tecnológico como en el plano económico, y esto último es el punto clave. Las mejoras de la relación precio/servicio en todo lo relativo a la tecnología informática es constante. Esta tecnología es cada vez más accesible para cualquier ciudadano y, lo que es aún más importante, la producción de la información se torna constantemente más accesible. Este elemento es capital puesto que puede generar un cambio en los esquemas habituales de la relación entre la información y el poder.
La traducción automática asociada a las redes contribuirá asimismo a abrir nuevos espacios para comunidades virtuales activas más allá de las fronteras lingüísticas y culturales.
Estamos entrando en una era caótica en que la acción de pequeños grupos puede tener tanto o más impacto que la de los poderosos grupos tradicionales. El usuario moderno de las tecnologías de la información está demasiado bien informado como para aceptar que se lo trate como un mero consumidor pasivo. Por el contrario, quiere ser espectador y actor, consumidor y productor.
El término "caos" no debe entenderse aquí como sinónimo de desorden destructivo sino como equivalente de desorden creativo y denota un estado en el que acciones minúsculas pueden tener un efecto gigantesco. En este panorama, estaríamos en presencia de una multiplicación de opciones creativas, para las cuales la ventaja principal ya no sería la fuerza de los medios, sobre todo porque esta última suele ir acompañada de inercia administrativa y de rigidez, y no hay nada peor para frenar un espacio de grandes opciones que se transfigura a ritmo vertiginoso. Los grupos poderosos son muy hábiles para crear patrones de consumo y atraer el mercado hacia un producto, mientras que los micro-agentes económicos son más ágiles para ocupar nuevos nichos que aparecerán y desaparecerán a toda velocidad. Todo es posible en esta ebullición de oportunidades, hasta la victoria de los David contra los Goliat de la economía.
Los resultados de este primer estudio fueron los siguientes:
En 1998, la Agence de la Francophonie y la Unión Latina acordaron apoyar esta iniciativa, gracias a lo cual se pudo establecer una metodología más rigurosa para medir la presencia de las lenguas, partiendo de una selección de palabras controladas por lingüistas para efectuar las comparaciones. Se extendió la investigación al conjunto de las cinco principales lenguas latinas (en número de hablantes) y la ACCT expuso los primeros resultados intermedios -que se pueden consultar en la página http://funredes.org/langues- en la reunión INET98 celebrada en Ginebra.
Síntesis de los resultados del último estudio
Los resultados arrojados por el estudio en relación con la presencia de las lenguas en la web muestran lo siguiente:
Media + Intervalo de confianza a 90%4 ...... Intervalo a 99% ----......----
% CON RELACIÓN AL INGLÉS | |
---|---|
0....x....1....x....2....x....3....x....4....x....5 | |
ESPAÑOL | ----......+......---- |
FRANCES | --....+...-- |
ITALIANO | --....+....-- |
PORTUGUES | -..+..- |
RUMANO | -+- |
Los resultados que atañen a UseNet, es decir, a los grupos de discusión, son los siguientes:
% CON RELACIÓN AL INGLÉS | |
---|---|
0....x....1....x....2....x....3....x....4....x....5 | |
ESPAÑOL | ---.....+.....--- |
FRANCES | -...+...-- |
ITALIANO | ---.....+.....---- |
PORTUGUES | ---........+.........----- |
RUMANO | -+.- |
Partiendo de hipótesis factibles, aunque aproximadas, de la presencia del inglés, obtenemos los siguientes resultados absolutos y ponderados:
WWW | WWW | USENET | USENET | |
ABSOLUTO | PONDERADO | ABSOLUTO | PONDERADO | |
INGLÉS | 75,00% | 7,14 | 80,00% | 7,14 |
ITALIANO | 1,50% | 1,50 | 2,03% | 2,03 |
FRANCÉS | 2,81% | 1,30 | 1,15% | 0,53 |
ESPAÑOL | 2,53% | 0,40 | 1,93% | 0,31 |
PORTUGUÉS | 0,82% | 0,26 | 0,90% | 0,28 |
RUMANO | 0,15% | 0,30 | 0,11% | 0,23 |
La ponderación consiste en dividir el porcentaje de presencia de cada lengua en Internet por el porcentaje de hablantes de dicha lengua a nivel planetario Una cifra superior a 1 indica un buen resultado. Por tanto, podemos observar que el italiano alcanza un resultado excelente mientras que el resultado del francés es bastante alto en cuanto al WWW pero bastante bajo para Usenet.
Las tendencias que se advierten desde 1996 indican un aumento relativo de la presencia del francés y del español frente al inglés y una progresión más rápida del español frente al francés5 .
El aspecto cultural del estudio demuestra, una progresión de los personajes representativos de las culturas latinas en relación con aquellos que representan la cultura de los Estados Unidos (11,25%) y confirma las primeras conclusiones.Por lo demás, volvemos a ver que en los sectores en que la cultura y el comercio no aparecen muy vinculados las culturas latinas están bien representadas:
Por el contrario, allí donde el comercio es central (el cine y la canción) o donde domina la política, la preponderancia de los personajes de los Estados Unidos es abrumadora.
De esto podemos deducir que nuestras conclusiones de 1995 aún son válidas:
El espacio relativo del inglés disminuye a medida que las demás culturas y lenguas se suman a la producción de su patrimonio informativo en la Internet. El multilingüismo es visiblemente la vía óptima, si bien el inglés seguirá manteniendo su posición de segunda lengua de comunicación. Quienes trabajan desde hace tiempo en el ambiente de las redes no dudan siquiera un instante de la clara tendencia hacia una representación equitativa de las lenguas y las culturas.
Creemos que la verdadera preocupación es saber si la Internet va a convertirse en el mercado virtual del templo o si sobrevivirá el templo de los investigadores en el que el dios información es patrimonio de todos, en total libertad.
El verdadero debate cultural gira en torno a si la cultura del mercantilismo va a terminar con la neocultura planetaria que las redes de investigación supieron crear y cuyos rasgos esenciales eran:
Los excesos de la globalización económica pueden representar una amenaza real para las identidades culturales. Las diferencias marginales de la capacidad de venta global entre las regiones muestran la organización de las fuerzas y los movimientos de la dominación cultural, tal y como ocurre con el desplazamiento de las masas de aire entre los centros de alta y baja presión en un mapa meteorológico. Antiguamente, las influencias culturales resultaban de la ocupación, pacífica o no, de las tierras o de los flujos migratorios o comerciales fronterizos, y en cada una de estas situaciones se daba cierta forma de intercambio cultural mutuo, y algunas veces desequilibrado, entre dominador y dominado. Hoy día, las economías que participan del comercio global desempeñan un papel clave en la aparición de una nueva cultura global, en la cual el ser humano queda reducido a su función de consumidor de bienes y servicios. La mercadotecnia moderna elimina el intercambio cultural e impone modelos globales de consumo que provienen de culturas dominantes desde el punto de vista económico.
Hay quienes consideran esta estandarización de los comportamientos de consumo como el resultado de una evolución positiva, según la cual la normalización de los comportamientos transformaría una historia de guerras y luchas en algo nuevo y menos violento, es decir, en una competencia industrial.
Refiriéndose al teorema de Ashby sobre la variedad necesaria en todo sistema complejo para poder perdurar, otros advierten que una reducción radical de la variedad de comportamientos y de parámetros culturales representaría, por el contrario, una amenaza rotunda para el futuro de la humanidad, especialmente en tiempos en que los cambios se suceden muy rápidamente y la capacidad de adaptación es primordial. Además, la competencia económica global tiende a acentuar la brecha que separa a quienes poseen, bien riquezas, bien trabajo, de los otros, y crea las condiciones para que se repitan las formas clásicas de conflicto violento.
Las redes en general e Internet en particular, que después de haber precedido y acompañado este gran cambio mundial, se han convertido hoy día en un fenómeno masivo y siguen manteniendo un ritmo de crecimiento exponencial, representan un modelo a seguir del que se pueden extraer conclusiones sobre la situación actual y sobre la evolución futura, ya no en el mundo virtual sino real.
Durante la primera fase de evolución de las redes, entre la década del setenta y los comienzos de la década del noventa, cuando las redes eran un ámbito reservado a los investigadores y a quienes trabajaban en pro del desarrollo, se asociaba la "globalización" con el advenimiento maravilloso de una nueva cultura basada en la solidaridad, el respeto mutuo, el pluralismo y la participación proactiva. Algunos utópicos veían incluso en esta nueva cultura una oportunidad única para resolver los problemas más graves de la humanidad y especialmente la brecha entre el Norte y el Sur. Gracias a los modelos de comportamiento de las comunidades virtuales, apareció una ética profunda del intercambio global que apostaba a un mundo mejor. Esta "cultura emergente" se caracterizaba por una gran sensibilidad y un gran respeto por las demás culturas, a pesar que el predominio de la lengua inglesa contradecía esta declaración de principios.
Tras una etapa de transición, cuando el mundo de los negocios empezó a darse cuenta del potencial de las redes, de su eficacia y de su aptitud para abrir mercados, nació en muy poco tiempo una nueva visión de la Internet, según la cual la red pasaba a ser un vector y un amplificador de la globalización económica. Esta visión conllevaba como efecto implícito fundamental la promoción de una lengua única, la de los negocios, y de una cultura singular, la del mundo de los negocios.
En la actualidad, la Internet es un área en que reina la ambivalencia y en que entran en juego fuerzas opuestas. ¿Qué resultará de este juego de influencias y qué tendencia saldrá adelante por fin: la primera visión utópica de Internet o la visión dictada integralmente por la economía del mercado global? ¿Ganarán los "spammers" o los defensores de la "netiquette"? ¿Microsoft logrará hacer la ley e imponer sus productos como único estándar? Y en definitiva, ¿la uniformización de los modelos de consumo echará por tierra todas las posibilidades de elección?
Existe una amenaza real a un paso de nuestras pantallas pero también podemos apostarle a un futuro distinto, en el cual las fuerzas sistémicas y caóticas se orienten hacia un mundo de diversidad y gran pluralismo, un futuro en el que nada es previsible y por consiguiente ¡todo es posible!
Tenemos por un lado cada vez menos agentes superpotentes y muy bien organizados que nos dirigen hacia una cultura universal monolítica, hacia una lógica de compra y venta, impregnada por una de las culturas más jóvenes del planeta. Y por el otro tenemos un mosaico plural de agentes muy pequeños, cuyas energías un tanto desorganizadas son capaces de reconstruir la realidad, en medio de un caos creativo.
La mejor estrategia que podamos adoptar en este contexto para defender el pluralismo de las lenguas y las culturas no es la autoprotección. Al cabo de un tiempo los efectos de tal protección desaparecerían porque es difícil detener la información y porque de todas maneras el vector de la agresión está en todas partes y especialmente en la lógica intrínseca del sistema. Si uno acepta las reglas del juego económico, pierde la posibilidad de protegerse. Si no las acepta, queda económicamente y, por consiguiente, culturalmente eliminado.
La única respuesta posible es sensibilizar, alentar y ayudar a las fuerzas vivas a participar plenamente en el desafío de la información en la Internet. Esto significa concretamente contar con más usuarios conscientes de los intereses económicos, culturales, lingüísticos y sociales de la Internet, que no consideren a las redes como una nueva televisión y que no sustituyan la falsa ilusión de interactividad que ofrece el "zapping" por la falsa interactividad del "surfing". Usuarios conscientes y responsables son agentes de producción de su propia lengua y su propia cultura.